Yareth Martínez: Los jóvenes no debemos tener miedo de perseguir nuestros sueños

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A lo largo de mi vida, he escuchado frases como: «Disfruta tu juventud»«Este será tu mejor año»«Tercero de bachillerato será inolvidable». Y sí, muchas de esas frases tienen algo de verdad… pero también esconden una parte que casi nadie menciona: el peso emocional, académico y personal que implica estar en el último año de colegio.

Soy estudiante de la Unidad Educativa Fiscomisional María Auxiliadora (UEFMA) de Esmeraldas y quiero mencionar que tercero de Bachillerato es considerado el proceso que marca la transición hacia la educación superior y define tu futura trayectoria académica y profesional. Esta etapa influye en el desarrollo de habilidades clave, la exploración de intereses y la toma de decisiones vocacionales.

Según un estudio de la UNAM, más del 90% de estudiantes de unidades particulares en el Ecuador experimentan estrés académico en esta etapa. Saber eso, sumado a la presión social y familiar, genera un nivel de angustia que muchas veces no sabemos cómo manejar.

Una de las causas de este estrés surge porque el ingreso a la universidad pública se ha vuelto cada vez más difícil. Desde 2011, los estudiantes debemos rendir un examen nacional para poder postular a las instituciones de educación superior y para su aprobación se requiere 601/1000 puntos. Carreras como Medicina o Educación requieren más de 800 puntos.

Al igual que muchos jóvenes, yo soy parte de ese grupo que tiene incertidumbre por el futuro. Pero, quiero citar a Gandhi quien dice: «Vive como si fueras a morir mañana; aprende como si fueras a vivir siempre». A los jóvenes como yo, les invito a aprovechar las oportunidades que les da la vida, que aprendan mucho más, que experimenten porque cada uno es el dueño de su futuro.

Impacto de la educación salesiana

Ser parte de la UEFMA me permitió encaminar mi futuro, comenzando por elegir un Bachillerato en Ciencias. Además, cada docente ha dejado una huella en mi formación. Como nos dice siempre un profesor: «pasan un tercio de su vida en esta institución, y de cada uno van a aprender algo nuevo». Y así ha sido.

A quienes, como yo, están en este camino, quiero decirles algo que repito cada mañana: no tengan miedo de perseguir sus sueños, aunque el futuro sea incierto. Aprovechen cada oportunidad, por más pequeña que parezca. Somos jóvenes, sí, pero también somos valientes, capaces y llenos de esperanza.

Autora: Yareth Martínez – Investigadora del CIRC
Asesor: Elio Ramírez – Director del CIRC